En
una sala de los estudios La Mayor, y pocos minutos antes de ensayar, Laura
Canoura, Miguel
López, Gustavo Ripa Y Gonzalo Moreira explicaron a El Observador
las razones y las emociones que los
llevaron a volver a armar el legendario grupo del canto Popular uruguayo RUMBO.
El ambiente fue muy distendido y con permanentes bromas. Son un grupo de amigos
que se divierten cuando están juntos y no lo disimulan. Esta amistad y “buena
onda” que existe entre ellos se ha proyectado siempre en sus actuaciones en
vivo. El concierto de reunión será en Octubre cuando se presenten en el marco
de los festejos del Bicentenario.
versión sin editar, 11 de agosto de 2011, montevideo
¿Qué
los impulsó a reunirse después de 25 años?
Gonzalo
Moreira: En realidad, se fueron dando una serie de
hechos que desembocaron en esta reunión.
Pero supongo que esta voluntad de reunirse estaba latente en cada uno de
los integrantes de Rumbo durante estos 25 años que no hemos tocado juntos. Todo
comenzó con una llamada telefónica que le hice a Miguel comentando un libro. A
miguel le vino una especia d demencia senil
temporal y llamó al otro día como desesperado diciendo “¡Bué…tenemos que juntarnos de
vuelta! ¡Tenemos que reunir a Rumbo, creo que hay que hacerlo!” Miguel s e encargó
de hablar con cada uno de nosotros. Él es el primer culpable de todo, el que
tiró la primera piedra.
Laura
Canoura: Como fue el 24 de diciembre pasado, le
mandábamos mensajes como “¿Qué estas fumando Miguel? ¿Ya estás festejando, qué
tomaste?” Nos parecía una locura.
Miguel
López: Así, de a poco fuimos programando una
reunión, charlando. El verano demoró las cosas hasta que lo conversamos en
serio en abril. Ahí peloteamos, todavía no estábamos seguros. Muchas dudas…
pero sí hay que mencionar a Alfonso Carbone que nos ha apoyado inmensamente y
en todo. Sí esta reunión está ocurriendo ahora es, en gran parte, gracias a Alfonso.
LC:
¿Qué? ¿Cuándo? ¿Para qué?
GM:
¡Qué pereza! ¡Sí, no, ah!
ML:
Había que analizar la compatibilidad con las
carreras de Mauricio, la de Laura, con la “incipiente “de Gustavo… y las actividades profesionales de Gonzalo,
Carlitos y las mías… Ese ir y venir lo llevábamos lento. Barajamos fechas, salas, en fin…
LC: La más temerosa y complicada era yo. Se me complicaba todo. Siempre me cuesta mucho tomar decisiones.
GM: En mayo, durante reunión en el escritorio de Miguel hubo un “clic”
y visualizamos que se podía concretar la reunión.
LC: Estábamos en eso y a mí me mandan un mail de la Comisión del
Bicentenario y me reí, no me lo tomé en serio. Lo que pasa es que estábamos
conversábamos y no queríamos decir mucho para no generar falsas expectativas en
el público. Al tiempo me llamaron y me
citaron a una reunión. Llego y cuando entro me encuentro con todo el equipo
reunido. Me dije: “a la miércoles, esto viene en serio”.
Les
pidieron ¿toquen esto, hagan esto?
LC:
No, nada…
“¡júntense, por favor! “, nos pidieron.
Sería buenísimo para nosotros, para el Bicentenario. Ojalá hubieran
puesto alguna condición. Con condiciones hubiera sido más fácil organizar la
presentación, pero bueno se resolvió bien igual.
¿Qué
va ser este concierto?
Gustavo
Ripa: Hasta por donde sabemos esto va ser una
presentación en la explanada del Palacio Legislativo el 10 de octubre. Los organizadores esperan a mucha gente y
planearon la actuación de unos cuantos grupos. Va a ser un evento grande.
¿Qué
canciones van a tocar? ¿Las viejas canciones y algunas nuevas?
LC: Para esta presentación que
no es muy larga (unos 45 minutos) vamos a tocar las viejas canciones, los
clásicos de Rumbo.
GM:
Ya sabemos qué canciones vamos a cantar pero no te
lo podemos decir.
ML:
¡A Redoblar la vamos a hacer!
LC: Claro, las que son de corte murguero que son de una etapa bien
clara y concreta de Rumbo. También contamos con músicos que van a trabajar con
nosotros.
GR:
Todavía no tenemos definidos quienes van a tocar,
en estos días lo vamos a ir decidiendo. Lo que sí se puede decir es que vamos a
tener una banda de gente joven, ¡al menos más joven que nosotros!
LC: ¡Y alguno veterano como nosotros también!
¿Va
a ser una banda de tipo rockera, eléctrica o más bien una agrupación murguera?
GR:
De todo.
LC:
Todos coincidimos en que había algo que preservar
de lo que nosotros hacíamos que era la etapa más carnavalera o murguera donde se privilegiaban los arreglos vocales y
guitarristicos de los 2 primeros discos de Rumbo.
GR:
La “Murga de Cámara”…
LC:
Exactamente. ¡Mirá que buena definición!
¿Y
cómo andan de las voces?
LC: ¡Mucho mejor!
GM: Increíblemente, estamos bien. Nos pusimos a tocar y ya suena.
LC:
El primer ensayo costó un poco porque la emoción
también aprieta, ¿no? Ero es maravilloso
porque lo que no podía hacer uno antes lo hace ahora otro. Yo, por ejemplo,
amplié el registro gracias a Estelita Magnone que me obligó cuando estuvimos en
Las Tres y entonces ahora puedo hacer cosas que en la época de Rumbo las hacía
Carlos Vicente y que ahora a él s e le bajó un poco la voz.
En
este momento, ¿hay público para la música de Rumbo? El país ha cambiado mucho,
ya no son los años 80tas. ¿Más allá de este evento ustedes piensan seguir con
Rumbo o es solo una presentación y se termina?
GM:
No, lo que tenemos pensado es planificar un tiempo
de estar juntos con principio y con final. Esta experiencia es por este evento,
salvo que venga McCartney y nos lleve a tocar con él, Rumbo no seguirá después
de los festejos del Bicentenario.
El
público ha cambiado. A la presentación del 10 de octubre van a ir los que eran
jóvenes en la década de 1980 acompañados
por sus hijos.
GM:
Eso sí… ¡Seguramente!
LC: ¡Es que sus hijos son de la edad de los que están en la comisión
del Bicentenario! Son esos hijos que escuchaban los discos de Rumbo que sus
padres le metían por intravenosa.
GM: Yo creo que hoy hay un espacio para la música de Rumbo porque es un
estilo que no está, nadie lo hace. El lugar de esta música nadie lo usa por eso
creo que Rumbo va a tener un público ávido por escuchar.
¿Hay
una nostalgia de esa época?
LC: ¡Nooooo!
GM: ¡No!
ML: Justamente es lo que hemos predicado, que no sea por nostalgia, que
sea por la música en sí.
Pero
hay en ciertos sectores una especie de nostalgia por esas épocas de
“resistencia” y por el Canto Popular.
LC:
Sí, pero no…
ML:
Pero hay una cosa que es inevitable: puede haber gente
que cultive la nostalgia y eso es muy de cada uno. Colectivamente, somos un pueblo que festeja
la nostalgia “La Noche de la Nostalgia”, eso es verdad. Pero en el caso nuestro no es así. Te diría
que más bien nuestra actitud es estar en contra de que solo sea por nostalgia
que se escuchen nuestras canciones. Más
bien lo que pensamos es en mostrarles a los más jóvenes, a los que no nos vio
tocar, que tenemos una propuesta que es válida aún.
LC:
Creo que a nosotros lo que nos pasa es que nosotros, además de lo que podamos
significar para alguna gente, nosotros somos un grupo de amigos (que eso fue lo
fuimos siempre) que tuvimos una actividad en común que fue hacer música. Otras barras de amigos se reúnen a jugar eternamente
al futbol, por ejemplo. Nosotros nos reunimos para cantar. Salvo por algún tema
que entre todos coincidimos que puede estar fuera de tiempo, nuestro repertorio
está absolutamente vigente. Los que
componían en esa época (Mauricio, Gonzalo, miguel) eran de una sutileza en el
lenguaje hace que las canciones hoy todavía signifiquen cosas.
Y
ustedes cuando estén ahí frente a toda esa gente, en la explanada del palacio
legislativo se van a sentir diferentes que hace 25 años.
GM:
Hemos crecido, hemos engordado…
LC: Hemos encanecido…
GR: Cambiamos pero esa música la seguimos considerando totalmente
actual. Hoy conversaba con una persona que me decía de lo importante que es el mantener (desde el
punto de vista de la cultura) un hilo conductor, que no se pierda. Que las etapas y los períodos no se corten. Y
yo referencio lo que sucede en Brasil: si hay hoy alguien joven que se le ocurra cantar a Caymmi nadie le va
a ir a decir “ay que nostalgioso que sos”
canta a Caymmi y punto. Porque Caymmi es hoy.
El
problema con ustedes es que formaban parte del Canto Popular y el Canto Popular
desapareció.
LC:
No.
GM: Depende de cómo y dónde, ¿no?
Tú vas al interior y hay un movimiento muy grande. Hemos ido con Ubal a
cantar y cantan canciones del canto popular audiencia de 10 mil personas por
ejemplo.
LC: Lo que pasa es que ha ido evolucionando hacia distintos lados. Yo
salgo del canto popular, Fernando Cabrera sale del Canto Popular, Rubén
Olivera, Larbanois Carrero…
Además
de lo música el Canto Popular tenía un componente político muy grande y ahora
ya no está ese componente político. Ahora solo queda lo musical.
GR: en ese momento era inevitable porque ocupamos un espacio que no
había otra forma de ocuparlo. Se congregaba gente a decir y a escuchar cosas
que desafiaban al régimen político del momento y había un nivel de exigencia
que hacía que lo que las presentaciones musicales nos e considerasen solamente
como un hecho artístico. Creo que en lo que nosotros hacíamos hubo una
perseverancia en el trabajo de lo estético, de lo que se decía, de los
conceptos arreglisticos que se manejaban, que por eso creo que hoy podemos
trascender ese componente político. Y no
es una crítica a gente que utilizaba la música más que nada como un hecho
político, que es totalmente legitimo, pero que no fue nuestro caso.
Hoy
se podría decir que están liberados de ese componente político: pueden cantar
por el placer de cantar.
GM:
Creo que lo político va por otro camino.
LC: Insisto en el concepto de grupo de amigos que se juntó para hacer
música que coincidíamos en el pensamiento histórico, político. Nunca hubo la
intención de ser el motor de nada, ni de ser la bandera de nada. Terminamos como quedando en el medio de una
situación que no habíamos creado. Mucha gente utilizó la música como una manera
de militar y está bien. Nosotros no. Estábamos todos en contra de la dictadura
pero no usábamos nuestra música para eso solamente. El no sentirnos haber sido
bandera de nada nos dio siempre una gran naturalidad y aún hoy sentimos esa
naturalidad.
GM: Yo rescato la parte artística del grupo, el sonido del grupo.
El
canto.
GM: Sí, es una química que se da acá, con nosotros y que realmente no
existe en otro lado.
ML:
El unísono fue una de las características que en
algún nosotros manejamos y que en Brasil por ejemplo nos
felicitaron por eso. El unísono nos identificaba en ese momento. Y luego se abandonó
esa estética. Fue una evolución natural…
LC:
Hacia el rock, la murga…
¿Van
a grabar algún disco con esta presentación, con temas nuevos tal vez?
LC: Vamos paso a paso, todavía nos sabemos. Hoy estamos muy ocupados
queriendo hacer que nuestras canciones suenen como queremos que suenen hoy:
Algunas van a tener los mismos arreglos pero con mejor sonido en vivo y otras
van a cambiar un poco porque nosotros hemos cambiado.
Al
finalizar esta entrevista se van a
ensayar. ¿Qué canciones vana ensayar?
GM: Vamos a
ensayar: Los héroes de la pantalla, La
bagayera, A Redoblar, Para abrir la noche y Viejo tablado.
¿Y
cómo están sonando?
LC: ¡Bárbaro!
GM: ¡Increíble!
GR: ¡Buenísimo!
CL: Cuando podemos para de reírnos…
GM: ¡Es muy divertido!
DECLARACIONES OFICIALES DE RUMBO- 2011
MAURICIO UBAL
Este
inesperado “segundo tiempo” de Rumbo, se me ocurre verlo desde dos ángulos: uno
(y primero para los seis integrantes originales), el del afecto. Rumbo en su
momento fue y se consolidó gracias a la formidable comunión afectiva que
tuvimos. Veinticinco años después de nuestra última actuación (Semana de la Cerveza,
Paysandú) había pasado tanto torrente abajo de los puentes, que nadie estaba
seguro si todos nos guardábamos a todos en ese secreto rincón donde viven
nuestros amigos del alma.
Pero ahí estábamos, cada uno desde su
soledad, esperando al otro para darle un abrazo.
Tal vez porque, hace veinticinco años,
supimos parar a tiempo, sin desgastarnos como amigos, suponiendo que sólo nos
estábamos tomando una licencia…
El
segundo ángulo para valorar internamente este reencuentro, eran las canciones.
Algunas han sobrevivido los años y otras no las volvimos a cantar nunca en todo
este tiempo. Ellas volvieron y se nos prendieron en la boca de un salto, a
medio camino entre la nota exacta y la lágrima.
Y pasa que están allí… a varias las
relentaremos un poco, a otras les cambiaremos el vestuario para que se luzcan a
los espejos de hoy… pero otras irán tal cuales eran, como si las hubiéramos
dejado de ensayar anteayer.
En
estos días hemos estado recibiendo una larga cadena de abrazos y regocijos que
nos sorprenden y nos maravillan. Y todo esto que digo va a estar el 10 de
octubre arriba del escenario.
Gracias a la comisión del Bi por recuperarnos…
muchas gracias
GUSTAVO RIPA
Alguien
habló de nostalgia. Busco y encuentro: NOSTALGIA: "Tristeza melancólica originada
por el recuerdo de una dicha perdida" según la RAE. Siento, veo y
compruebo que no perdimos nada, tal vez
algunas cosas se transformaron con el tiempo, pero las fundamentales
como las ganas de compartir, de reírnos tanto, de emocionarnos, de escucharnos,
de cantarnos están intactas y me llenan (y nos llenan) de dicha. Cuando lo que
se comparte es más que hacer música, aunque sea la música la que nos convoque
“25 años no son nada”. Lo supimos, emocionados,
en el primer ensayo, en el primer acorde. RECORDAR me gusta más, o sea
“volver a pasar por corazón”. Agradezco a la vida por esta oportunidad. Gracias
Miguel por insistir, Gracias a todos por disipar juntos y tan rápidamente los
temores y las dudas. Gracias por la música y la risa. Gracias por la confianza
y el respeto mutuo. Gracias también a todas las personas que viven y sienten
esto como propio. La alegría volvió, enredada en nuestras voces.
GONZALO MOREIRA
En primera instancia, la idea de juntarnos
con Rumbo, me tomó por sorpresa y me pareció un tanto descabellada. A
instancias de Miguel, que fue quien tiró la primera piedra, empezamos a
reunirnos y a conversar del asunto. La pequeña luz que se veía muy tenue,
comenzó a crecer con el correr de los días. Empezamos a tirar líneas sobre la
forma que tendría nuestro reencuentro, que cantaríamos, que tiempo nos daríamos
para llevarlo a cabo. Empezó un proceso que, de a poco, nos fue acercando a
objetivos comunes. En eso irrumpió la idea de participar en los festejos del
Bicentenario. Cuando definimos aceptar esta propuesta, los plazos que nos
habíamos marcado, se desmoronaron rápidamente. En vez de seis u ocho meses,
tendríamos solamente tres para prepararnos. Y allí empezó a girar la rueda,
empezaron los encuentros con guitarras, alguna percusión y nuestras voces. Los
primeros ensayos fueron muy emotivos, ya que ese sonido que no habíamos vuelto
a escuchar en vivo, surgió como si hubiera estado esperando que lo llamáramos.
La química sonora la sentimos intacta. El proceso de reencontrarnos con
nuestras canciones, es provocador de una gran alegría, de dejar a un lado por
un rato nuestras difíciles personalidades en pos del bien común, porque si hay
algo que está claro, como dice Canoura, nos hemos convertido en solterones
musicales y estamos nuevamente en el proceso de compromiso con lo que hacemos
como grupo. Lo mejor para mí, es la alegría que me provoca este encuentro, es
el reencuentro con amores musicales que estaban dormidos. Seguro vamos a poder
trasmitir estos sentimientos cuando estemos tocando.
LAURA CANOURA
En el '86 nos separamos.
Estábamos cansados y todos queríamos
enfocar proyectos en solitario...Es que trabajar en grupo tiene lo suyo...
En el '87 nació mi hija y en el primer
espectáculo que hice como “casi solista” fue con dos de los compinches de Rumbo
(Mauri y Gustavo) y Esteban Klisich.
El día que estrenábamos en el viejo Teatro
de los Pocitos Gonzalo nos hacía el sonido y Carlitos y Miguel estaban por
supuesto en la platea.
Nos hemos visto estos años periódicamente,
tomando vino, guitarreando o aplaudiendo desde la platea la canción del amigo
querido.
Me llevó muchos años aprender a moverme
sola. Decidir sola. Imaginar sola. Crear sola. Pero como yo creo que la vida es
pródiga en oportunidades, me regala este momento para recordar cómo se funciona
en grupo.
No hemos parado de reírnos desde el primer
ensayo y espero que podamos hacerlo inclusive arriba del escenario, ahora que
se puede y no queda mal demostrar que no somos tan serios.
Y como a Mauri le va a costar auto
referenciarse digo que nos juntamos porque el corazón no quiere entonar más
retiradas.
MIGUEL LóPEZ
En la tarde de la Nochebuena del 24 de
diciembre de 2010 pensé, no me quiero
morir sin antes volver a cantar con mis
amigos de "rumbo", y los llamé por
teléfono, Gonzalo, Mauricio, Laura,
Gustavo y Carlitos y se los dije, no así
claro, no me dio para ponerme
melodramático, les dije," porqué no volvemos a
cantar juntos", ninguno me dijo que
no, hasta ahora... después de volver a
ensayar para volver a cantar, parece un
sueño, único, imposible de contar, el
10 de octubre será el día, que podré
contarlo.
CARLOS VICENTE

Algo me pasa cuando rebobino y pienso en
toda esta historia. Y es algo muy fuerte. Les cuento: hace unos meses, cuando
Miguel tiró la idea de hacer algo con Rumbo porque tenía unas ideas y algo que decirnos, agarró y nos convocó a una
reunión. Y allá fuimos todos, con la expectativa de saber de qué iba esto.
Llegamos y, claro, el vernos juntos nos provocó un nuevo “encantamiento mágico”
(porque nunca hay que descreer de la magia) y en ese momento se empezaron a
disparar mecanismos personales, individuales, que hasta el día de hoy son los
que nos convocan, como que aquello de que lo particular a lo general todavía
funciona. Y bueno, ahí empezó el “que sí”, “que no”, “¿te parece?”, el “eso
está bueno”, el “no sé”, el “podríamos ver y pensar en que si, por ahí…..”, y
todo eso. De repente, como de la nada (porque a veces eso también pasa),
apareció la propuesta de la Comisión del Bicentenario, sin que nadie la
esperara. Y, opaaaa, eso nos trajo a tierra; algo había pasado que nos hizo ir
más rápido de lo que podríamos haber pensado. Y ninguno dijo que no, a todos
nos gustó la idea de que, a pesar del tiempo, algunas buenas personas se habían
acordado de Rumbo, o sea, de nosotros. Y eso nos hizo replantear las ganas. Y
vimos que realmente nos gustaba estar juntos, sin pensar en otros tiempos,
solamente pensando en el hoy, en lo que se venía. Porque de eso se trataba, de
no pensar en la nostalgia de lo que fue ni de lo que hicimos. Porque me parece
que -y creo que a mis amigos/compañeros del alma también les pasa- sólo hay que
mirar para atrás para ver qué fue lo que hicimos mal para no repetirlo. Y eso
fue lo que nos entusiasmó, esa posibilidad nos permitía mirar para adelante, y
fue lo que hicimos y lo que estamos haciendo, mirar para adelante con la
inmensa alegría de volver a encontrarnos para hacer algo que nos conmueve:
mirarnos, oírnos, encontrarnos, disfrutar de la música que cada uno tiene y que
todavía hoy nos hace lagrimear. Y aquí estamos, alegres, riéndonos,
redescubriéndonos, sin pensar en que el tiempo transcurrió y que hoy, después
de todo, no hicimos nada para que eso no sucediera. Simplemente pasó, y eso,
para mí, ya es suficiente.